Antología áurea. Biografía sintética: Luis de Góngora (1561-1627)



Góngora nació en Córdoba, Andalucía, patria de Séneca y Lucano. De un tío materno heredó unas rentas eclesiásticas y posteriormente sería racionero de la catedral, aunque su carácter se aviniera mal con la gravedad religiosa. Estudió en la Universidad de Salamanca, en donde no sin algún exceso se matriculó entre los estudiantes “generosos”, o sea, nobles y ricos. Allí escribió algunos de sus primeros poemas. En 1589, una investigación del obispo de la diócesis levantó una serie de acusaciones contra el racionero Góngora que lo pintan de cuerpo entero: que iba pocas veces al coro, que hablaba mucho durante el oficio divino, que contaba chismes, que iba a los toros y que “vive, en fin, como muy mozo y anda de día y de noche en cosas ligeras, trata con representantes de comedias y escribe coplas profanas”. Mientras tanto, su celebridad poética aumentaba. En las Flores de poetas ilustres (1605) de Pedro Espinosa, Góngora es ya el poeta más representado. Los años de 1612 y 1613 son decisivos. Tras haber cedido algunos de sus beneficios eclesiásticos a un sobrino, dispone de más tiempo libre y se retira a escribir. Compone el Polifemo y las Soledades. La poesía en lengua española cambia para siempre. Uno de sus más fervientes admiradores, Martín Vázquez Siruela, preguntará más tarde: “¿Quién escribe hoy que no sea besando las huellas de Góngora o quién ha escrito verso en España, después que esta antorcha se encendió, que no sea mirando a su luz?”. En sus últimos años, la salud quebrantada, sus problemas económicos se agudizan y muere en 1627. Los siglos XVIII y XIX negaron a Góngora y condenaron su poesía a un largo e injusto purgatorio; el XX lo rehabilitó y devolvió su obra al centro del canon poético en español.

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