La sabiduría del libertino



Releo el Sin retorno de Vivant Denon en la antología Cuentos y relatos libertinos de Mauro Armiño, publicada hace poco por Siruela y el FCE. La primera vez la leí en una edición de Vuelta, traducida por Aurelio Asiain. Es una pequeña obra maestra, una joya de la literatura libertina. Milan Kundera, heredero directo del espíritu libertino del siglo XVIII, le rinde un homenaje en su novela La lentitud, por cierto la que prefiero entre sus novelas francesas. No tengo a la mano mi ejemplar, para variar, pero recuerdo que contrasta la parsimonia y el hedonismo del héroe denoniano con la premura y la incapacidad de gozar de los modernos. Pese a las apariencias, no hemos sabido ser buenos herederos de los libertinos. Ellos cultivaron, delicada y escrupulosamente, el arte del placer; a nosotros se nos atraganta. Nos sobra prisa y gravedad; nos falta lentitud y ligereza, condiciones del verdadero hedonismo.

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