Mi principal objetivo bibliográfico en Roma era encontrar la edición de Eugenio Garin de las obras de Pico de la Mirándola (reeditada por Nino Aragno hace poco años). Fatigué, dirían los clásicos, las librerías romanas. Ni siquiera en la magnífica y minúscula ASEQ (via de Sediari, cerca de Piazza Navona), especializada en cuestiones renacentistas, apareció. He encontrado, sin embargo, una nueva edición crítica de la Consolación de filosofía de Boecio (Einaudi), el Dante de Enrico Malato (Salerno) y el Diario Notturno de Ennio Flaiano (Adelphi), entre otras cosas.