En un avión turbulento leo Qedeshím Qedeshóth (que, a propósito, significa «la cortesana del templo», en fenicio), antología poética del recién fallecido Gonzalo Rojas. Cuando la turbulencia arrecia advierto que leo como si estuviera rezando (todo poema aspira a la condición de oración). Ahora pienso que en cierta forma fue muy apropiado: Rojas es ante todo un poeta aéreo.
La palabra
Un aire, un aire, un aire,
un aire,
un aire nuevo:
no para respirarlo
sino para vivirlo.