Malva Flores me obsequia, autografiado, el Diálogo con Ovidio de Gonzalo Rojas, en la bella edición de Aldus y El Dorado del año 2000. Lo leo casi de un tirón y allí me topo con “Ochenta veces nadie”, escrito por el poeta en su octogésimo cumpleaños. Gran lección, para cualquier aniversario:
Bueno, y si muero el cero ya es otra cosa
y eso se verá si es que procede
el mérito del resurrecto. La apuesta es ahora,
ese ahora libertino cuando uno
todavía echa semen sagrado en las muchachas, y
no escarmienta, construye casas,
palafitos airosos construye para desafiar al esqueleto, viaja,
odia la televisión, vive solo
en su casa larga de Chillán de Chile, unos setenta
metros de nadie, cuida
las rosas, acepta las espinas, se
aparta al diálogo con su difunta, rema en el aire
a lo galeote, como antes, todo en él es antes, el
encantamiento es antes, el
sol es antes, el amanecer,
las galaxias son antes.