Vida de Henry Brulard IV



El amor (a punto estoy de decir: el enamoramiento) es el gran acontecimiento de la vida de Stendhal. Sufrirá por amor, sin duda, pero éste será, sobre todo, fuente de bonheur. El amor será siempre para él una pasión positiva. El primero, previsiblemente, fue una actriz, Mlle. Kubly: “pronto estuve perdidamente enamorado; nunca le hablé… todo fue nuevo para mí en la extraña locura que de repente fue la dueña de mis pensamientos. Todo otro interés se desvaneció para mí”. El amor por las actrices de teatro era el amor perfecto para los románticos (véase Sylvie de Gérard de Nerval): aseguraba distancia, frecuente inaccesibilidad, idealidad. Ya luego Beyle será menos tímido: se acercará, les hablará. Como él mismo observó, era descendiente del insufrible Saint-Preux de Rousseau, pero también del Valmont de Choderlos de Laclos.

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