Otra antología de Reyes



Bueno, lo que necesitaba la literatura mexicana: otra antología de Alfonso Reyes. En 2008, en una útil “Guía de navegación” de las antologías regias, Adolfo Castañón registraba más de sesenta. Hay de todo, generales (como ésta) y particulares: Reyes ensayista, Reyes poeta,  Reyes cuentista, Reyes periodista, Reyes educador, Reyes crítico de cine, Reyes y América (y México, y España), Reyes y la teoría literaria, Reyes y la cocina, y –cómo no–  Alfonso Reyes para niños… El escritor regiomontano es, seguramente, el autor más antologado de las letras mexicanas. Una de las razones principales es ya un lugar común: al no tener un libro representativo (un Pedro Páramo, un Ulises criollo) y siendo autor de una obra colosal (más de treinta volúmenes, incluyendo el Diario), es el objeto ideal de las antologías. No está mal: a Reyes se llega generalmente a través de una selección para después, si la cosa va en serio, pasar a los tomos de las obras completas (y no a todos necesariamente, claro está), que de entrada pueden resultar intimidantes. En este sentido, cualquier antología que haga que un lector descubra la galaxia Reyes y luego se adentre por su cuenta en ella se justifica, aunque después haya que juzgarla con otros criterios, naturalmente. Más interesante, entonces, que preguntarse por qué tantas antologías sería cuestionarse por qué ninguna logra convertirse del todo en la antología (para mí, la mejor, la más legible, la más manejable, la que realmente es tal y no una mera acumulación de textos, sigue siendo la de José Luis Martínez, con varias ediciones); por qué se tiene la impresión de que Reyes nunca está del todo ahí, que su esencia escapa a todo intento de fijarla en una compilación. Y más interesante aún es una serie de interrogantes ineludible a la hora de publicarse una nueva: ¿qué lugar ocupa Reyes, hoy, en la literatura mexicana?, ¿es una presencia viva?, ¿qué futuro le aguarda?

El resto, aquí: http://www.criticismo.com/alfonso-reyes-un-hijo-menor-de-la-palabra/

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